Desde que Lina Monroy Salazar, fundadora y directora de Ave Fénix, era una niña, tenía el sueño de ayudar a los niños que sufrían.
A finales de 2013, después de trabajar en un hogar de niños durante varios años, Lina decidió que era hora de hacer algo por su cuenta. Básicamente sin recursos financieros, pero con mucha determinación y trabajo duro, abrió la Casa Hogar Ave Fénix, una IAP legal (una organización mexicana sin fines de lucro), como un programa de almuerzos donde los niños hambrientos de hogares pobres podían venir por una comida nutritiva, mucho amor y respeto, tal vez un baño, algo de ropa limpia y algunas actividades divertidas.
Luego, después de mucha más determinación y trabajo muy duro, en agosto de 2019, abrió la Casa Hogar Ave Fénix pero ahora como un hogar de tiempo completo para niños. Los niños provienen de familias disfuncionales sumidos en la pobreza. Cada uno ha sufrido algún tipo de abuso: físico, emocional, sexual, y ha llevado una vida muy aterradora. La historia de Lina es muy parecida, aunque, según ella, la de la mayoría de estos niños es mucho peor.
Lina vive y trabaja en la casa hogar. Cada céntimo que gana con su negocio inmobiliario a tiempo parcial lo invierte en la casa. Nunca ha recibido un salario de Ave Fénix. Con la ayuda de varios donantes generosos (como tú) y un personal muy reducido, Lina alimenta, educa, administra, hace el papeleo, supervisa al personal y, sobre todo, ama a cada uno de los niños. Lina dice que quiere a cada uno de ellos tanto como a sus propios hijos, que es mucho, muchísimo.
Lina espera que en el futuro, si consigue reparar y ampliar la casa donde están, pueda tener más niños con ella. Hay muchos niños en Pátzcuaro y sus alrededores que necesitan lo que ofrece la Casa Hogar Ave Fénix. Lina enseña a los niños a respetar a los demás y a sí mismos, a asumir responsabilidades, y es muy, muy paciente, aunque amablemente firme cuando es necesario. Si visitas Ave Fénix (y Lina recibe visitas en cualquier momento) verás el amor que irradia de sus ojos a los ojos de los niños, y que se refleja de nuevo.
A veces Lina está agotada, pero disfruta con el trabajo que hace, viendo cómo las vidas de los niños cambian, ahora sonrientes, limpios, bien alimentados, felices y prósperos. Por suerte para estos niños, el sueño de Lina se ha hecho realidad.
Vinieron a hacernos la invitación para ir a vivir la experiencia del dron que sobrevuela Pátzcuaro, completamente gratis! Gracias!
Alex es parte importante de esta casa hogar y enseña a los niños las bases de la joyería artesanal.
Algunas de las niñas obtuvieron diploma de primer lugar de aprovechamiento en el ciclo escolar, felicidades!